Como en todos los sectores económicos,
como en todos los negocios, también las escorts Madrid y prostitutas de lujo Barcelona tienen sus clientes habituales, hombres que con
mayor o menor frecuencia acuden a la misma meretriz, seguros del buen
servicio que van a recibir.
LAS ESCORTS Y LOS CLIENTES HABITUALES
Así me pasaba a mí cuando ejercía
como escort Barcelona o prostituta de lujo Zaragoza, y ahora a través
de la agencia de escorts y las colaboraciones con escorts independientes de alto standing. El cliente habitual de una escort es
un hombre habituado a disfrutar de la escort, no se cansa de ella.
Algunos hombres acuden una vez a la semana a visitarla, cada quince
días o mensualmente. Esto no quiere decir que no visiten a otras
escorts lujo, para diversificar su ocio y relax. Simplemente se
sienten cómodos con una determinada prostituta de lujo Madrid o puta Vip en Barcelona y se acercan siempre que pueden a su lado.
Los clientes habituales son una fuente
segura de ingresos para las escorts de lujo. Si saben cuidarlos y
tratarles es la manera de saber que hay un nivel asegurado de
ingresos al final de mes. Cuantos más clientes habituales se tengan,
el negocio siempre será más estable. Y tampoco asumen riesgos con
clientes nuevos que pueden ser no recomendables.
CITAS CON CLIENTES HABITUALES
Lo importante para que las escorts de
lujo puedan conservar a sus clientes habituales se basa en poder
innovar en cada cita, crear algo diferente para que la pareja no
caiga en la rutina. Cuando un hombre acude a ver a su escort
preferida, lo hace para poder huir de la rutina, de los problemas
diarios que aparecen a cada momento. Por eso, si la escort no sabe
crear un ambiente diferente en cada cita corre el riesgo de que el
cliente pierda el interés por ella, cada vez la visite menos y
finalmente deje de ser su cliente.
Las posibilidades que ofrecen los
diferentes vestuarios, los roles a desempeñar y las diferentes
posturas sexuales a practicar suelen ser una herramienta muy útil de
cara a darle una mayor variedad a las citas.
Un buen punto de comienzo a elegir es
el vestuario con el que la escort lujo recibe a su cliente habitual.
Si se acuerda de otras citas puede variarlo con diferentes colores,
ajustes o largos, enseñando más o menos “carne”.
Aunque la mejor manera de salir de la
rutina es en el sexo. El hombre busca experimentar diferentes
experiencias sexuales, y así alcanzar cotas mayores de placer. Si la
escort no sale del misionero o de la postura del perrito el cliente
puede perder el interés. En cambio, si se practica el sexo en
diferentes lugares de la habitación y en diferentes posturas,
conservando la máxima implicación, el resultado será siempre mucho
mejor.
Todo lo que sea creerse que al cliente
ya lo tienes ganado provocará una pérdida de implicación y
esfuerzo por parte de la escort, lo que provocará la consecuente
disminución del negocio.
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